Destacó por ser una mujer muy culta, siempre interesada en el conocimiento de la historia de su ciudad y de su provincia. Fruto de esta pasión atesoró una gran cantidad de libros y objetos de arte. Además dedicó grandes empeños a labores de filantropía, por la cuales fue reconocida como Presidenta Honoraria de la Cruz Roja y recibió en su ciudad natal el “Cervantes de Oro” por su labor cultural a título póstumo.